A veces me pregunto qué hice. Qué tan bruja pude haber sido para recibir tanto desprecio. O quizás es así, y todo en la vida es así. Como una ley de la naturaleza. Pero es tanto el amor que le tengo a la tierra que abraza mis pies, que sería decepcionante asumirlo. Y acudo entonces al consuelo de que todo es pasajero. Que en algún momento dejaré de recibir putrefacción y no tendré que convertirla en flores. Que lo único que roce mi piel sea Sol y respiro, y no tenga que taparme. Mientras tanto, no está de más salir con un paraguas.
I'm not a robot.
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