23.1.12

Apocalypse now II

Se me cae la vida a pedazos. Otra vez. Mi mente no da más. Otra vez. Me cansé de seguir levantando el castillito de cristal. Otra vez. Sigo siendo frágil para esta vida. Termino convirtiéndome en nada. Otra vez. Veo caer los pedazos de cristal roto, otra vez, y me hieren igual de fuerte. Ahora son, además, de futuro roto. Mi entorno volvió a ser la ambigüedad absoluta. Ni eso pude controlar esta vez. 
El único consuelo es pensar, como aquella vez, que algo bueno, muy bueno y hermoso, me tiene que pasar.

17.1.12

Castillito de cristal

Tomó consciencia cuando vio las lágrimas encima del papel. Si había algo que la aterraba profundamente era volver a caer en esa oscuridad que la envolvió tanto tiempo. Y ahí estaba. Parecía un remake de aquella época. Sabe que "aquella época" no es lejana, pero mientras más distante la sienta, menos heridas tendrá su piel. No quiere. No quiere caer. Otra vez.
No. No. NO.

15.1.12

BFF

C estaba confundida, la gente era su entorno actual, pero de a momentos estaban en la isla que la vio nacer. No era la primera vez que todo carecía de sentido: los hechos, la gente, los lugares. Decidió no prestarle mucha atención a aquel pequeño (gran) detalle y se dispuso a seguir con lo que estaba haciendo. OK, me gustaría saber por qué estoy en el mismo barrio que P y L, por qué me los voy a cruzar en cualquier momento y por qué se les dio por andar en bicicleta con este tiempo, se dijo C a sí misma. Retomó el trayecto con su bicicleta (menos mal que había mal tiempo) y los siguió alejada por el bosque. Se están yendo muy cerca del pantano, ¿qué flashean?, murmuró C.
De pronto la tormenta rompió la calma que la aguardaba. C voló hasta su casa y ahí se quedó hasta que el tiempo se calmó. Cuando salió de nuevo hacia el bosque vio que la gente estaba revuelta. Dos personas habían sido alcanzadas por la tormenta y una de ellas seguía sin aparecer. P y L, pensó inmediatamente C.  Se acercó al lugar y ahí estaba él, alterado, mojado y preocupado por L. Está hermoso, como siempre, pensaba C dentro de su cabeza. L estaba desaparecida en el bosque, P estaba muy asustado y C quería volver a hablar con P, por lo que salió corriendo a buscar a L pensando que así podía hablar con él. Ilusa. En la búsqueda no estaba ella sola: había un hombre pelado también en bicicleta intentando encontrar a L. Pero el hombre no sabía que ellos se habían desviado al pantano. C inmediatamente se dirigió hacia esa zona. L, L, ¿dónde estás? ¡aparecé!, gritaba C. Decide acercarse a la orilla y ahí ve a una chica intentando salir con su bicicleta. Era L. Era hermosa. Hasta pasada por agua, hecha mierda y todo, era hermosa. La ayuda a salir e inmediatamente llama a P.
- ¡Hola P, apareció L! ¡P, está aca conmigo, L está conmigo! 
- Ah, bueno. 
Forro, acabo de sacar a tu mejor amiga de un pantano y así me lo agradecés, pensó C. L no entendía nada, sólo la miraba sorprendida. Se quedaron sentadas un largo rato hasta que L rompió el silencio.
- Gracias, no entiendo cómo llegaste hasta acá y me viste, pero gracias.
- Antes de la tormenta los vi desviándose para acá. Después empezó a llover y me volví. Me  pareció raro que tomaran este camino, sólo la gente de la zona se mete. Soy C.
- L, aunque por lo que veo ya sabés quién soy. Siento que te conozco de alguna parte, pero no se me ocurre de dónde.
- No es importante ahora. Vení, vamos a mi casa así te secás y tomás algo caliente. 
Se levantaron para emprender el regreso y L mirando su bicicleta pregunta:
- Podría haber quedado peor, ¿no? 
- Obvio, no es nada que no tenga solución. Aparte, estaba tu vida antes que la bicicleta, yo la hubiese dejado.
Ambas se rieron. Comenzaron a caminar y lo único que pasaba por la mente de C era que estaba con la mejor amiga de P, que era hermosa y que nada de lo que estaba pasando tenía sentido. 
Nunca hay gente en la casa de C, pero justo ese día estaban todos sus hermanos. OK, la mejor amiga de P está en mi casa y conociendo a toda mi familia, repetía C dentro de su cabeza. L se quedó charlando con la gente mientras C le preparaba un té. Todos pegaron buena onda. El tiempo pasaba y nadie se daba cuenta. Era una linda tarde, gris, mojada, pero linda. De pronto C y L empiezan a hablar sobre cómo C la conocía y ésta le contesta:
- Mejor vayamos a mi habitación y te cuento, y de paso te cambiás que estás empapada todavía.
L asintió sonriendo y ambas comenzaron a subir las escaleras. 


Suena el despertador. 8.45 AM, Domingo 15 de Enero de 2012.

12.1.12

Algo se va a ahogar

Los autos pasan tan fuertes y avasalladores como sus pensamientos. Figueroa Alcorta es imponente, pensó. Todo es a la vez tan ínfimo. La tierra es ínfima, el Universo es ínfimo. Ella es ínfima ante todo. Casi que es nada. En vano sigue tratando de entender lo que dejó atrás. Sabe que no puede con eso, no pudo en ese entonces y no podrá. Intentando remendar ese vacío ante el fracaso, se nutre de la memoria. ¿Se nutre?. El precio de no querer dejar ir las cosas, los momentos, las personas, lo termina pagando a medida que su esencia se disipa. Se disipa como todo lo que quiere retener. Y así de fácil cae en la trampa de su propia mente. No, no cae, se deja envolver. Y lo hace más consciente que nunca. 

5.1.12

La fiebre del que espera frente al despertar

Como un relámpago apareció frente a ella. No entendía cómo. No entendían cómo. Se besaron y se sintieron hasta que la música que venía desde un más allá desvaneció aquel instante. Aquel momento era tan puro y genuino como lo que ellos habían sido. Ella sabía muy bien que no tenía razón de ser lo que estaba sucediendo, que era veneno para el hoy que vivían  (separados).
A veces, mi amor, el veneno me mantiene viva.


Suena el despertador. 8.45 AM del Jueves 5 de Enero de 2012

2.1.12

Hoy el viento baila así

Te pienso y te traigo
Te traigo y te pienso
Voy y vengo
Vas.

No hay atrás en el hoy. En tu hoy.