13.6.12

Diecinueve primaveras

En un soplo volví a aquella época, un año después. Gracias a todos los santos y los astros existentes es totalmente distinto este hoy de aquel ayer. Pero lo que nunca va a cambiar es el recuerdo que asecha constantemente. Ni el ser que tenga la mayor facilidad para olvidar andaría tan tranquilo sin ser molestado por esos viejos fantasmas. Esos que remueven dolor, alegría, llanto, sonrisa. Mezclan. Confunden. Y meten miedo. 
Y así, envuelta en miedo, deseo que los días pasen por pasar. Y seguir con la normalidad. O con un intento de. 

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